domingo, 1 de diciembre de 2013

Noche explotable del mes de Diciembre y el verano asomando su vientre, un ego sobrevolando la atmósfera y la prudencia dentro de una bóveda. Una histeria innecesaria, así como descabellada, abandoné cuando te vi. Sentí estragos en el pecho, del más loco frenesí, abundancia de promesas, y una súplica de ayuda para ir juntos a la luna. Pasional como sutil me arrebataste el cielo y lo adornaste y con el tiempo me enseñaste qué es el amor, y que en la cama no hay restricción. Hoy sé que no debe existir placer como admirarte reír, nunca va a haber otra mujer que me ame así. 
Si ves que hago todo a prisa vas a ver una sonrisa cuando esté por concluir, lo hago para estar más tiempo donde siempre soy feliz: en tu espalda, que este día, ha de ser andén del tren que me lleva hasta el edén. 

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