- Hola.
- ¿Volviste?
- Nunca me fui, sólo quería saber hasta donde podía llegar tu orgullo.
- ¿Y te diste cuenta?
- Si, sé que puede llegar muy lejos, más de lo que yo pensaba.
- Quizá tú tienes la culpa de que todo sea así, pero si me darías aunque sea una razón para volver a saber de vos, lo dejaría atrás.
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