No es tiempo perdido, es tiempo que sirvió de experiencia.

Y cuando duerme Buenos Aires desespero por volver a verte.

No te aferres al pasado ni a los recuerdos tristes. No reabras la herida que ya cicatrizó. No revivas los dolores y sufrimientos antiguos. ¡Lo que pasó, pasó!
De ahora en adelante pon tus fuerzas en construir una vida nueva, orientada hacia lo algo y camina de frente sin mirar atrás. Haz como sol que nace cada día, sin pensar en la noche que pasó.

Me costó, pero el tiempo me enseñó que inexorablemente es mejor jugarse por lo que se desea, que especular por los riesgos que ellos acarrea.

A la vida hay que aceptarla como es, con su día y su noche. Con su llanto y su sonrisa.

Cuando estoy con él no importa nada más, no importa nuestro alrededor, no importa nuestro futuro, importa sólo él y yo. Si me abraza me siento segura, como si nada me pudiera pasar estando en sus brazos. Cada vez que me regala esas sonrisas me da la sensación que todo estará bien y que todo será posible. Con tan sólo una palabra que de su boca puede llegar a salir, me alegra cualquier momento.