Se me hace imposible saber que nunca más vamos a hablar juntos, que me cuentes anécdotas, que me hagas esos chistes de pensamiento y ahí yo sentada en tus pies mirándote mientras vos hablabas y a la vez sonreías como nadie, ¿quien me va a volver a regalar esas sonrisas?, te juro que no volví a conocer a otra persona que me de tanta tranquilidad al hablarme y menos una hermosa sonrisa. Te extraño tanto que todavía pienso que bajo a tu casa y me estás esperando con los brazos abiertos y con ese abrazo inigualable.
Nunca nadie va a ocupar tu lugar inmenso en mi corazón.
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